7 Historias Eróticas
Extraña, alocada e incluso increíble, no lo vamos a discutir a estas alturas. Pero lo que por otro lado me alegra es que la verdad no obedece a razones siempre lógicas, y mucho menos a democracias casuales. De todos modos avisaré que esta breve introducción de mi mismo va ser una sarta de mentiras sacadas de alguna mañana de inspiración en que la televisión no fue consuelo suficiente a mis alocadas fantasías y mi cabeza andaba loca en deseos de enajenarse a una vida mejor. Mi nombre es Arnau.
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Bravo, no lo sé. Había hilachas de amanecer entre las nubes y arriba, en el monte, se empezaban a distinguir las casitas que salpicaban el camino de los pinares. Pero eso lo observé cuando me lancé fuera, temblando, descalzo, al escuchar y comprender los gritos del cabo primero. Siempre hemos hablado de la noche en que murió tu hermano y únicamente hoy me doy cuenta de que la noche puede que estuviera terminando para todos menos para él, que penetraba en otra. A mí me agarraron entre varios, no sabía adónde iba, a ver a tu ñaño, me imagino, para decirle lo que ya no podría oír. Te lo he contado antes, lo he contado antes a tu familia, a los amigos de tu hermano y a los míos.