La sensibilidad
Hay personas que flotan en la sordidez del ambiente y otras que se enfrentan a él; unas que viven en su microcosmos dentro de una campana; otras que viven desgarradas por los problemas del mundo universo. Su manera de ser en el mundo se lo debe al momento histórico y a la situación social que le tocó vivir. Conoció el sufrimiento, el fracaso y la traición. La vida del cristiano debe estar enmarcada por dos principios: el principio individuationis y el de la solidaridad compasión, piedad, caridad, amor, justicia. El cristiano debe vivir tensionado por un deseo de perfección, de mejorar no de ser el mejor cada día y tratar de conformar la sociedad a las exigencias del Evangelio; se reconoce a sí mismo en cada otro; trata de conformar la sociedad a su ideal de vida sin confundir su causa con sus fantasmas ni de sus delirios de perfección. Cada otro es un yo. Todos somos un mismo cuerpo, un solo bautismo, un solo señor y un solo espíritu. El otro se diferencia de sí mismo sólo en la apariencia.