La situación de las mujeres en América Latina y El Caribe
A causa de vuestra fe Jeffrey R. Gracias por su vida, su ejemplo, y por ese mensaje de bienvenida a otra conferencia general de la Iglesia. Lo amamos, lo admiramos y lo apoyamos. Ninguno de nosotros podría servir sin sus oraciones y sin su apoyo. Siguiendo con el tema, mi mensaje hoy es para decirles que nosotros los apoyamos a ustedes; que les retribuimos a ustedes esas mismas oraciones sinceras y expresiones de amor. No importa en qué país viva, lo joven o inadecuado que se sienta, la edad que tenga o lo limitado que se considere, yo testifico que Dios lo ama individualmente, usted es clave en el propósito de Su obra, y los oficiales presidentes de Su Iglesia lo aprecian y oran por usted. El valor personal, el esplendor sagrado de cada uno de ustedes es la razón por la cual hay un plan de salvación y exaltación. Contrario a lo que se dice usualmente, esto sí tiene que ver con ustedes.
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Para un gallardo joven 1. Duras y cristalinas, como verticales y sólidas aguas son las murallas de la apartamento solemne. Y las cosechas de sus jardines no dan el resultado del verano, sino que exponen la borrosidad de su misterio. Substancias definitivamente estelares, cometas, ciertas estrellas, lentos fenómenos celestes han dejado allí un olor de cielo, y, al mismo tiempo, gastados materiales decorativos, como espesas alfombras destruidas, amarillentas rosas, viejas direcciones, delatan el paso muy inmóvil del tiempo. Las cosas del imperio sideral tórnanse femeninamente tibias, giran en círculos de obscura esplendidez, como cuerpos de bellas ahogadas, rodeadas de agua muerta, dispuestas a las ceremonias del poeta. Colores obispales y cambios de claridad alternan en su morada, y estas luces duales se suceden en perpetuo ritual.
Nuevo Vallarta
Y se le acercó para hacerle fiestas y gestos agradables. Pero el angelito, espantado, forcejeaba al acariciarlo la aporreado mujer decrépita, llenando la casa cheat sus aullidos. Una vela chica, temblorosa en el horizonte, imitadora, en su pequeñez y aislamiento, de mi edad irremediable, melodía monótona de la inquietud, todo eso que piensa por mí, o yo por ello -ya que en la grandeza de la circunloquio el yo presto se pierde-; piensa, digo, pero musical y pintorescamente, fault argucias, sin silogismos, sin deducciones. Tales pensamientos, no obstante, ya salgan de mí, ya surjan de las cosas, presto cobran demasiada intensidad. La energía en el placer crea malestar y sufrimiento positivo. Y ahora la bajura del cielo me consterna; me exaspera su limpidez. El estudio de la belleza es un duelo en que el artista da gritos de alarm antes de caer vencido. El garañón, sin ver al gracioso, siguió corriendo con celo hacia donde le llamaba el deber. Toma en ella el alma un baño de pereza bienoliente de pesar y de deseo.