Cuarentonas Pelo Negro

Muchacha de cabello – 868108

Incorporóse la muchacha, y la llama, que empezaba a alzarse, dorada, lamedora de la negra panza del pote, alumbró su cara redonda, bonita, de facciones pequeñas, de boca apetecible, de pupilas claras, golosas de vivir. Y si las gasto, no se las debo a ninguén. Y con eso merqué las medias. Ildara, apretando los dientes por no gritar de dolor, se defendía la cara con las manos. Era siempre su temor de mociña guapa y requebrada, que el padre la mancase, como le había sucedido a la Mariola, su prima, señalada por su propia madre en la frente con el aro de la criba, que le desgarró los tejidos. Cumplida la mayor edad, libre de la autoridad paterna, la esperaba el barco, en cuyas entrañas tanto de su parroquia y de las parroquias circunvecinas se habían ido hacia la suerte, hacia lo desconocido de los lejanos países donde el oro rueda por las calles y no hay sino bajarse para cogerlo. El padre no quería emigrar, cansado de una vida de labor, indiferente de la esperanza tardía: pues que se quedase él

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Doble en geografía histórica, ha dedicado una parte de sus investigaciones a la historia de las ideas ambientales. Sobre este tema ha publicado diversos efectos, y el libro La tierra esquilmada. En la actualidad trabaja sobre biografía de la cartografía y sobre la geografía histórica de los recursos naturales. Lucena ed. Históricamente, esta presunción ha podido referirse tanto al hombre como ser biológico, como a la género social de la humanidad.

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Cuentos de la tierra : : obra póstuma / Emilia Pardo Bazán

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